miércoles, 16 de febrero de 2011

Sellos: Crónica de una muerte anunciada

¿Quien no ha coleccionado sellos en su infancia? Pienso que es una de las colecciones más extendidas que hemos tenido durante año, de hecho, algunos de ellos seguimos teniendo. Siempre me ha fascinado el mundo filatélico, sobre todo, y aparte de la variedad, colorido y temas tratados, por el hecho de que, por el mismo coste de producción, tanto en papel, tinta o tiempo de maquinaria, un sello valía 20 céntimos y otro 5 euros. No tenía mucho sentido desde el punto de vista de coste de producción y coste de venta, el primero era el mismo mientras que el segundo era muy diferente. Era cuestión de tiempo que los sellos se quedaran como tema de coleccionismo para los irreductibles que nos seguimos agarrando al pasado. Han habido 3 hechos destacables que han ayudado a la disminución en las tiradas de las hojas de sellos: 1º En las oficinas de correos ya no se venden los sellos de colección sino que una máquina te genera el mismo sello con el coste asociado a la carta que se vaya a enviar. 2º Los sobres prefranqueados o los matasellos sin sellos que proliferan en todas las cartas, especialmente en las bancarias que llegan a nuestros domicilios y 3º El mail. No tengo los datos a mano pero.. ¿Cuantos christmas se han enviado en las Navidades del 2010 y cuantos se enviaron en las del 1980? Seguro que bastantes menos. La verdad es que es una lástima, aún recuerdo mis tiempos de niño en los que mi padre, que trabajaba en una oficina, me traía los sellos para que los sacara del papel de los sobres... y después iba a cambiarlos a la Plaza Mayor de Madrid.. en fin, nos contentaremos con las colecciones sin matasellar.

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